Los lectores más fieles sabrán que, a principios de este año, volví a trabajar por mi cuenta. Algo que tiene muchísimas ventajas y casi tantas otras desventajas, de las que no vamos a hablar en este momento a excepción de una: cuando trabajas en forma independiente, las finanzas se descontrolan, no hay un sueldo fijo, y cada mes hay que cuidar mucho la plata para poder tener cierta planificación.
Terminando el mes de abril me di cuenta que mi viejo Excel donde anotaba mis entradas y salidas de dinero no estaban funcionando, sumado a que en las vacaciones gastamos bastante más de lo que creíamos… mis finanzas se habían descontrolado.
Eso es, hasta que recurrí a la ayuda de YNAB: You Need a Budget, o, en español, «Necesitas un presupuesto». Sí. Definitivamente necesitaba un presupuesto.
YNAB busca que sus usuarios alcancen ciertos objetivos: no gastar plata que no tienen (duh!), reducir la deuda acumulada (que para la mayoría de nosotros es la tarjeta de crédito) y lograr, eventualmente, tener un colchón de plata que te permita cubrir los gastos de un mes por adelantado. Todos objetivos que necesitaba alcanzar con urgencia.
Pero la urgencia no es amiga de nadie, y mucho menos de las finanzas: YNAB me fue de muchísima utilidad, pero tardé un poquito más de 2 meses en tener las cosas bajo control.
Pero volvamos a cómo funciona YNAB. En su interfaz para PC, Mac o móviles (que se sincroniza en la nube), ingresamos todas nuestras cuentas bancarias y tarjetas de crédito. No hay que poner números de cuenta ni nada, solo ponemos los saldos iniciales: cuánto tenemos, cuánto debemos.
Luego vamos al presupuesto, que es el centro de la aplicación. Ahí es donde empieza el «cambio de mentalidad» que propone la aplicación: a cada dólar (o peso, en mi caso) que tengamos hay que darle un trabajo. Pagar el alquiler, las expensas, comida, obra social, plata para ahorros, o para cubrir la deuda de las tarjetas. Lo básico, lo que necesitas para que tu vida siga marchando.
Pero este es el truco: solo podemos distribuir plata que ya tengamos en nuestras manos, así que no vale apostar con plata que va a entrar en el futuro, algo muy sensato especialmente para los que somos freelancers, que nunca sabemos si vamos a recibir el pago a tiempo.
Luego, con la aplicación, vamos ingresando cada vez que cobremos plata, y cada vez que tengamos un gasto. Los gastos no se tienen que poner específicamente («$300 en pan, leche, agua…») sino en categorías amplias («$300 en comida»).
Obviamente, YNAB no hace magia, y solo funciona si respetamos los límites de presupuesto que nosotros mismos nos pusimos, y no gastamos por fuera del mismo. Si están cómodos con la plata, entonces pueden asignar una buena parte del presupuesto para «diversión» o «salidas». Pero siempre respetándolo.
En última instancia, YNAB no es tanto una aplicación sino un sistema mental de administrar la plata. Para algunos les servirá, y a otros no. Es por eso que tienen (en inglés) muchísimos artículos, videos y hasta clases online donde explican cómo organizarse.
YNAB es multiplataforma, y con una misma licencia corre en Windows, Mac, Android o iPhone. Es una aplicación paga, con una licencia que hay que considerarla una inversión: USD 60.
Pero para los que tienen que hacerse cargo de sus propias finanzas, definitvamente me parece una inversión sensata.
¿Son estudiantes universitarios? Entonces tengo buenas noticias, ya que YNAB es gratis para ustedes.
Espero que mi experiencia les sirva, y, sobre todo, que pronto alcancen sus objetivos.
Deja una respuesta