Todos sabemos lo que es el Spam: ese odioso correo no deseado que inunda nuestras casillas con ofertas 99% fraudulentas, para el cual nunca nos anotamos, y del cual parece imposible escapar –aunque por suerte la mayoría de los proveedores cuenten con excelentes filtros anti spam. Pero… ¿alguna vez escuchaste hablar sobre el Bacn?
El Bacn (nombre similar a «tocino» en inglés, para no alejarnos del mundo de los productos porcinos) es también un tipo de correo muy molesto y técnicamente «no deseado», pero he aquí toda la diferencia: para ese correo sí nos hemos anotado, quizás sin darnos cuenta realmente, o hace tanto tiempo que ya no nos acordamos.
Algunos buenos ejemplos de Bacn son las newsletters de sitios donde hemos realizado una compra, o quizás dejamos nuestra dirección de email al momento de realizar una consulta sin ocuparnos de destildar el casillero «Deseo recibir noticias sobre estos productos». Y es así como día tras día recibimos un puñado de emails que realmente no nos interesan, pero que genrealmente abordamos de la manera equivocada.
Ser un spammer es una cosa muy, muy mala (que se merece el infierno de la Internet), con lo cual presionar el botón de «Marcar como spam/no deseado/correo basura» es una acusación bastante seria, por así decirlo, y es parte de nuestra responsabilidad diferenciar el Spam del Bacn, y tomar las medidas correspondientes con cada uno.
Para el Bacn, lo mejor que podemos hacer es cada vez que recibimos uno de estos mensajes, entrar al mismo, buscar en el final el enlace para darnos de baja, y completar el proceso. A veces puede tomar solo un click, a veces es un proceso que parece no terminar nunca, pero a diferencia del spam, hacer esto nos garantizará que no recibiremos más correos Bacn de este remitente. Porque no hacen trampa, porque no es no deseado, simplemente alguna vez nos dimos de alta y hoy ya no lo queremos más.
Algunos servicios como Hotmail (que aunque no es mi principal, se merece una reivindicación) incluso tienen acciones especiales para los Bacn, permitiendo desuscribirnos con uno o dos clicks, pero sin marcar como spam al remitente. Gmail también suele dar la opción de anular la suscripción desde el mensaje, aunque la aparición de este botón es un poco aleatoria.
Ahora bien, para mí hay dos casos en los que el Bacn merece ser tratado como Spam: en el caso de que los mensajes que nos mandan no tengan al final un enace para eliminar la suscripción, o en caso de que después de hacer todo el proceso, nos sigan llegando mensajes.
En ese caso, para mí es Spam disfrazado de Bacn y merece ser tratado como tal.
Yo en lo personal trato siempre de manejar cada tipo de correo como le corresponde, para no dañar la «reputación» de nadie ante los sistemas de detección del spam. ¿Y ustedes? ¿Tratan diferente al spam del bacn? ¿Conocían la diferencia?
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