Todos tenemos algún amigo, familiar o compañero de trabajo que recién se está insertando al mundo del email (en mi caso, mi madre*) . Con ellos, tenemos que tener mucha paciencia, y tratar de enseñarles cómo ser seres mínimamente civilizados y tolerablemente molestos a la hora de apretar “Enviar”.
Aquí, algunas de las cosas que hay que enseñarles:
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Las grandes empresas no se comunican por medio de cadenas de emails. Hotmail no va a cerrar a menos que se lo reenvíes a toda tu lista, ni Sony Ericsson está regalando celulares. Así que, tranquilos, no hace falta que lo reenvíen “por las dudas”.
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Y aunque alguien ponga en medio de la cadena “Yo lo verifiqué y es cierto”, eso también es mentira probablemente. Mejor verificarlo por uno mismo.
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Hay muchas leyendas urbanas (como la del papel que si lo tocas te duerme, que sucedió en el estacionamiento del Unicentar de Buenos Aires pero ¡hey! también en un mall de México) que no hacen más que asustar (y recopilar direcciones para los spammers). Si te parece que puede ser cierto, antes de reenviarlo, verifica que lo sea.
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El usuario [email protected] no es en realidad un virus. De hecho, probablemente nunca te lo vayas a cruzar, probablemente no exista, o sea una venganza de una exnovia para molestarlo. Como sea, no reenvíes advertencias de virus sin haberlo verificado antes (igual que con las leyendas urbanas).
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Ninguna organización de beneficio le va a dar un centavo a algún niño con enfermedad terminal por cada email que reenvíes. Es otra mentira.
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Si la lista de destinatarios en CC: es más larga que el contenido de tu mensaje, te vas al infierno.
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Y, por cierto, existe algo llamado BCC: (copia oculta), que es la única oportunidad de salvación si ignoras los puntos anteriores.
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Y si aún te parece absolutamente necesario reenviar esa cadena larguísima, por favor, por favor, por favor borra todas las direcciones de mail que se van acumulando en el cuerpo del mensaje cada vez que alguien le da reenviar. Por favor.
¿Qué más le tienen que enseñar ustedes a los nuevos usuarios de email?
* Lo irónico es que fue ella la que me enseñó a usar el email en los ‘90, y después no sé qué pasó, se olvidó o algo.
Adaptado de Lifehacker.
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