Showrooming. ¿Escuchaste alguna vez esa palabra? Se trata de la tendencia de muchos consumidores a ir a una tienda, revisar productos, pero luego comprarlos online. Generalmente, lo hacen porque online el precio es más económico, o alguna otra oferta.
Y no siempre esperan a volver a sus casas para hacer la transacción. En países como Estados Unidos, no es poco frecuente ver a usuarios escaneando con sus smartphones los productos desde la misma tienda, y comprando a través de las apps móviles.
Para esta altura, se habrán dado cuenta qué es lo malo del showrooming: representan una pérdida de ingresos a los dueños de las tiendas, quienes gastan dinero en tener el local, los empleados, y los productos en exhibición, mientras que los vendedores online, sin invertir en nada de eso, se quedan con la venta.
Dese luego que la diferencia de precios a veces es grande, y todos queremos cuidar nuestros bolsillos. Pero nunca hay que olvidar que los precios de las tiendas físicas son más caros justamente por todas las inversiones que conlleva mantenerlas.
Lo mismo sucede, por ejemplo, con las agencias de turismo. Cada vez más gente va, se «asesora», pide que le armen un paquete de viaje, las excursiones, todo, y después van y lo compran online. Eso para mí ya roza con el nivel de estafa, ya que se usa el tiempo y los conocimientos del profesional sin intenciones de contratar sus servicios.
Hace unos días me enojé mucho con una publicidad de MercadoLibre en la que, directa o indirectamente, se hace apología del showrooming. Incentivan a que la gente «chequee» el precio en Mercado Libre antes de comprar en una tienda. Pero muestran a todos los usuarios probando los productos, y luego yéndose felices con su smartphone mientras lo compran más barato.
Por parte de un sitio de eCommerce, me parece una falta de respeto muy grande que incentiven el juego sucio. Y considero que tienen mucha más responsabilidad que los usuarios, quienes en última instancia lo hacen con fines personales.
¿Hay algo de ilegal en eso? No, claro que no. Pero creo que todos deberíamos actuar con conciencia y en forma justa. Yo compro mucho por Internet, y seguramente a medida que pase el tiempo, lo voy a hacer más y más. Pero de ninguna forma quisiera perjudicar activamente a quienes ponen tiendas físicas aprovechándome de ellos.
Ahora bien, esta tendencia seguramente vaya a ser irreversible, pero creo que hay soluciones posibles. Una de ellas sería que las tiendas físicas tengan convenios con las tiendas online, o que éstas directamente inviertan en sus propios locales tipo «showroom», donde la gente pueda ir, ver, y luego comprar online. Sin vendedores, sin nada más en el medio.
¿Qué opinan ustedes? ¿Hacen showrooming antes de comprar por Internet?
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