En esta nueva entrega de la saga de espionaje, Ethan Hunt (Tom Cruise) y sus compinches se enfrentan a la amenaza global conocida como “El Sindicato”, una misteriosa organización de ex agentes secretos que operan en las sombras, amenazando con desatar el caos global y eliminar al equipo de Misión Imposible.
EXPECTATIVAS
Habiendo nacido como la alternativa norteamericana al regreso de James Bond a la pantalla grande en la década del 90, Misión Imposible -la franquicia del cientólogo más famoso de Hollywood- alcanzó un punto de inflexión en sus últimas películas, superando a las predecesoras e impartiendo un nuevo sello de calidad al género.
Después de sumar al equipo a JJ Abrams en Mision Imposible: 3 (quien luego se mantendría tras bambalinas como el productor asociado de la saga), la cuarta parte contó con el debut de Brad Bird (Los Increíbles, Ratatouille) dirigiendo a seres humanos y además nos mostró a Cruise acompañado de un nuevo equipo de estrellas con Jeremy “Hawkeye” Renner y el nerd mas querible del planeta Simon Pegg (Hot Fuzz, Shawn of the Dead).
Siendo un confeso entusiasta de estas últimas entregas de Misión Imposible, sobraban motivos para ponerle fichas a la quinta parte: no solo se mantenía a la dupla de actores que tan bien había funcionado como acompañantes del dueño de la pelota, sino que en el guión se encontraba Christopher McQuarrie, quien había trabajado también como guionista en Edge of Tomorrow, una de las películas mas frescas y sorprendentes del año pasado protagonizada por, ¿adivinaron quién? Una pista: es cientólogo y le gusta mucho andar en moto.
REALIDAD
En un mundo donde el concepto de “film de acción” cedió espacio al cine de superhéroes o un cine-catástrofe cada vez peor, Misión Imposible 5: Nacion Secreta se mantiene como el máximo exponente no solo dentro del género de cine de espionaje sino del buen “cine pochoclero”.
Ya desde la primera escena, deja en claro que su verdadera misión es mantener al espectador al filo del asiento e inmerso en la acción de principio a fin, comenzando en plena misión de Ethan Hunt (Cruise) y compañía para recuperar un armamento peligroso, con la usual cuota de peligro que mantienen todas las misiones de este agente que no para de estar colgado en las alturas.
En esta película, además de salvar al mundo y eludir a la parca, tienen que lidiar con el enojado -y un poco torpe- oficial de inteligencia Alan Hunley (Alec Baldwin, en un papel sospechosamente similar al que realizó en Los Infiltrados de Scorcese) quien supervisa las acciones de las “Fuerzas Mision Imposible” del agente Hunt junto a su equipo de sidekicks (Simon Pegg y Jeremy Renner) y pretende darlo de baja.
Pero, como bien sabe el agente Hunt (y todos los que vieron alguna película de espionaje) el peligro acecha desde las sombras: “El sindicato”, una agrupación que opera desde la clandestinidad y parece estar formada por ex agentes de distintos países, planea eliminar a Hunt y todo rastro de sus fuerzas especiales lideradas por el enigmático Solomon Lane (Sean Harris), un némesis implacable que parece estar siempre un paso adelantado a Hunt.
Y para coronar este poker de gadgets, proezas físicas, traiciones y persecuciones en auto tiene que haber una “Ella”. En este caso, quien deslumbre y mantenga al agente Hunt cerca del filo del peligro será Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), quien no solo porta un hermoso nombre sino una actitud para hacerle compañía.
A diferencia de los otros personajes femeninos de la saga que podían encasillarse en las categorías “interés amoroso-futura rehén del maloso” o “espia bad-ass sin líneas de dialogo”, Ferguson compone el contrapunto ideal en esta lucha de fuerzas, salvando y condenando por igual a buenos y malos, nunca sabiendo del todo para que lado juega.
La primera decisión correcta de MI 5 fue mantener a los otros miembros del equipo en la anterior película. Simon Pegg definitivamente se ganó su lugar, interpretando el rol de…Simon Pegg, básicamente. El tono cómico que le sabe imprimir el nuevo mejor amigo-guionista estrella de JJ Abrams al hacker bonachón de Benji Dunn lo vuelve un personaje tan querible como efectivo, logrando aportarle la cuota de humanidad al film.
Al final del día, su personaje no es más que un tosco “hackeame-los-problemas-así-zafamos” sin mucha preparación para estar en la línea de fuego pero con aspiraciones heroicas, que se la pasa jugando a la pc en la oficina cuando nadie lo ve. Lo más cercano a un rol identificable con el público, digamos.
Quien salió perdiendo en cambio fue William Brandt (Jeremy Renner), quedando gran parte del film relegado a tareas de oficina o cubrir ausencias laborales. Sobre el final tiene su momento redentor, pero se siente que podrían haber hecho un poco más con su personaje.
Me animo a interpretar que en el mundo de Misión Imposible el único que puede ser el más cool de la cuadra puede ser Tom Cruise, por lo cual se dividen entre los agentes atados a la burocracia del sistema de inteligencia globalizada y Ethan Hunt, súper agente que actúa desde la clandestinidad y siempre se queda con las minitas.
Este puchero se cocina a fuego máximo y sin dar tregua, a sabiendas que todos conocemos sus ingredientes de antemano: Locaciones exóticas o fastuosas, hackeos a sistemas de seguridad, identidades falsas llevadas al siguiente nivel, tiroteos, maquinas último modelo y la obligatoria escena donde Cruise tiene que realizar una hazaña casi imposible se suceden unas a otras con gran ritmo visual y un guion lo suficientemente bien planeado como para mantener la atención y la magia del “aun no sabes que va a pasar”.
Obviamente, la fórmula tiene sus licencias del género, desde la típica escena donde el protagonista sale ileso de un tiroteo (en un pasillo y casi a quemarropa! NINGUNA bala le pega?) Hasta la paradoja de un agente secreto realizando tareas de inteligencia desde un celular con sistema operativo Windows Phone. Esto puede hacerle ruido a un espectador riguroso, como bien podría despertarle una sonrisa.
A pesar de todo, Mision Imposible: Nacion Secreta hace avanzar su trama a los ponchazos (mas bien a los tiros y explosiones) pero sin perder el paso: Acá lo que importa no es que los buenos ganen -al fin y al cabo lo sabíamos antes de entrar a la sala- sino como lo van a lograr.
“Mostrá, no lo cuentes” reza el viejo dogma. La súper producción de Tom Cruise- JJ Abrams brilla en los momentos donde es fiel a la premisa más importante en el cine de acción, mientras juega con los gadgets que encuentra en la guarida secreta de un espía: re-inventándolos, estrellándolos contra las paredes, viendo que botón hay que tocar para que todo explote (de nuevo).
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