Todavía me sorprende que las personas paguen $200+ por un teléfono, y aún así pongan caras cuando les muestran una app de $2 que seguramente les encantaría, mientras sostienen un café de $5.
Yo no voy a tirar la primera piedra, pero no vamos a negar tampoco que este señor tiene muchísima razón.
Vía: Geeks are Sexy
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