Había una vez una época en la cual, al momento de elegir un proveedor (de Internet, de cable, de telefonía celular) solo nos teníamos que preocupar por la relación precio-servicios. ¿Quién nos daba la velocidad más rápida? ¿O la mayor cantidad de canales? ¿Quién tenía la mejor promoción para nuevos clientes?
Pero como si todo eso no fuese lo suficientemente abrumador para cualquier usuario tratando de tomar una decisión bien informada antes de elegir al proveedor que lo acompañaría en sus ratos de ocio (y, también, de trabajo), hoy en día nos enfrentamos con un factor que, si bien antes también estaba presente, hoy nos apremia más que nunca: el contrato de permanencia.
En las compañías de celulares esto es quizás más notorio que en cualquier otra industria: smartphones subsidiados a precios soñados, planes que cubren nuestras necesidades, y, sí, un compromiso de un par de años. Y mientras que en el pasado eso no hubiese sido demasiado grave, hoy en día parece una eternidad. Con promociones jugosas saltando cada dos por tres, nuevos servicios y –admitámoslo– nuestra paciencia que va disminuyendo con cada año que pasa, dos años parece una vida para comprometerse con una compañía.
Entonces, ¿vale la pena atarse a un contrato a cambio de una buena promoción con un celular? Como todo en esta vida, depende.
Depende principalmente de de cuáles sean nuestras necesidades, nuestra disponibilidad de dinero, y nuestros planes a futuro.
Si la empresa es confiable y hemos tenido buenas experiencias, es un punto a favor. Más aún si, en el contrato, podemos movernos de plan respetando la permanencia, de modo que se adapte a necesidades que pueden cambiar durante el tiempo que compartan.
Por otra parte, prescindir de un contrato en pos de la libertad de elegir el servicio que uno quiera, cuando quiera, puede salir más caro. Nos olvidamos de terminales subsidiadas y planes que embolsen con comodidad lo que de otra forma tendríamos que ensamblar por nuestra cuenta, pero ganamos la libertad de que, en el momento en el que algo más prometedor aparezca por el camino, podamos hacer el movimiento.
En los últimos años, contar con Internet sin contrato en el celular se fue volviendo una opción cada vez más atractiva, particularmente porque Internet es lo que más usamos, y muchas veces podemos prescindir del servicio de llamadas y SMS. Cuando el número de línea deja de ser lo central, la libertad de cambiar se vuelve más valiosa, y más aún cuando viajamos.
Es que gran momento para usar Internet sin contrato en el teléfono es al viajar al exterior. Como ya les comenté en ocasiones anteriores, es una excelente forma de estar comunicados y ahorrar dinero sin ataduras, sobre todo con opciones de planes de Internet prepagos –o incluso celulares prepagos directamente! T-Mobile viene siendo mi favorito para hacer esto desde hace varios años, y siempre está bueno hacer una pequeña investigación de campo de las opciones disponibles antes de viajar.
En última instancia, contrato o no contrato depende de las necesidades de cada uno. Lo bueno, como siempre, es que haya variedad. Y por suerte son cada vez más las empresas que ofrecen distintas alternativas para que cada uno pueda elegir lo que le viene mejor.