Esta semana fue una de las más movidas para los buscadores de Internet, y sobre todo para Google, quien enfrentó en Europa uno de los juicios más importantes en relación a la responsabilidad que tienen los buscadores frente a contenido de terceros y afirmó en el continente el llamado derecho al olvido.

El día de ayer, nos enteramos por The New York Times que Google está trabajando en una herramienta que le permitirá a los usuarios tener el control para eliminar de las búsquedas determinados links que resulten potencialmente perjudiciales. Si bien Google no aclaró como va a funcionar, dejaron claro que es una herramienta complicada de implementar correctamente y que ni bien esté en funcionamiento (lo cual seguramente tome varias semanas) avisarán a sus usuarios, que no son, ni más ni menos, que los ciudadanos europeos favorecidos por el fallo de Mario Costeja.

Una de las cuestiones que Google debería dilucidar cuanto antes es cómo trabajará en determinar qué reclamos son verídicos y que realmente están fundados en la protección legal de datos personales, ya que justamente lo que se debe evitar es que cualquier persona por creerse con derecho a «eliminar su pasado online» termine borrando enlaces que son de interés público. Un político que borra el enlace a su artículo de Wikipedia porque no le gusta lo que dice, un criminal que borra enlaces de noticias relacionadas con sus delitos y la lista de ejemplos sigue.

Gracias a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el número de reclamos por parte de los usuarios incrementó considerablemente. En las palabras de Ulrich Kühn, director del departamento técnico del centro de protección de datos en Hamburgo (Alemania), «El fallo nos tomó por sorpresa, la Corte consolidó el derecho al olvido en la legislación europea».

Ahora, la pregunta que nos hacemos los que vivimos fuera de la UE es ¿Cuánto tardará Google en cumplir con las leyes de protección de datos personales en el resto de los países del mundo, brindando estas herramientas a sus usuarios?