No hace falta que les hable de la Comic Sans, esa tipografía que fue un boom en los 90 hasta llegar el punto de saturarnos por completo, y que a estándares de hoy es muy poco estética. Sin embargo, no tenemos que subestimar a este tipo de letras: tanto la Comic Sans como cualquier otra fuente «difícil de leer» parecen ser un factor contribuyente a que uno retenga más la información que lee.
Los estudios de las universidades de Indiana y Princeton explican este fenómeno atribuyéndoselo a la mayor atención que hace falta para poder leer cuando la tipografía no ayuda. A mayor atención, mejor retención. Pueden leer un poco más sobre los estudios en The Next Web, pero desde mi propio conocimiento puedo coincidir en que los resultados tienen bastante lógica.
De todos modos, no hay que olvidar que para llegar a esto se hizo la investigación en ambientes con variables bien controladas, y la tipografía es solo uno de los factores. Es decir, si son de las personas que necesitan silencio para estudiar, tratar de hacerlo en un bar va a ser difícil, y que el material esté impreso en Comic Sans no hará mucha diferencia. Pero si tienen buen control sobre las condiciones óptimas para ustedes, no viene mal darle una oportunidad a este factor. Quién nos dice, finalmente la Comic Sans habrá servido de algo bueno.
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