Los usuarios de Gmail tienen la fortuna de contar con una presentación de “deshacer envío” para esos momentos en que nos damos cuenta que lo que estamos enviando nos va a meter en un pequeño o gran lío. Para los que no tienen esa suerte, siempre existen esas formas alternativas de evitar el bochorno de que alguien vea lo que no debe o reciba esa información para nada pertinente.
Cuando pasás mucho tiempo manejando información, no es raro que mandes un tweet o estado que no debías o que pegues en un newsletter un link indebido, digamos, a tus fotos en Facebook en vez del que direcciona al sitio del cliente.
De todos los errores, al que pocos debemos escapar es al de olvidar adjuntar el archivo en un mail importante que, además, mandamos a toda la compañía o lista de contactos. Esta es, sin dudas, la fórmula para hacer el ridículo más eficaz conocida.
Para evitarnos este traspié y también, por supuesto, el hacer público un tweet que era DM o una actualización de estado en Facebook que no debe trascender, hay que actuar rápidamente y ponernos en acción ni bien pasamos esos segundos de agarrarnos la cabeza y lanzar alguna maldición al aire.
En el caso de los mails si estás desde el Outlook, andá rápido al ícono derecho debajo de la pantalla y hacé click en “trabajar sin conexión” y cruzá los dedos de haberlo hecho a tiempo. En todos los casos, y aunque un poco radical, es más efectivo es desconectar sin piedad el cable de Ethernet. Porque, seamos sinceros, no importa qué tan bueno puedas ser con el software, a veces las acciones físicas son una medida ineludible.
Si no tenés Ethernet, desconectá el router, cerrá tu laptop y si tu preocupación porque no se mande el mail/tweet/estado es crítica (may day, may day) no lo dudes: sacá la batería o desenchufá la computadora de la fuente de energía. Actuar rápido podrá no salvar vidas, pero te evitará ruborizarte en público. ¿Cuál es tu medida extrema ante envíos no deseados? Somos todo oídos.
Vía: Lifehacker
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