Ay, los CAPTCHAs. Pequeños textos deformados que por momentos se asemejan más a jeroglíficos que a letras y números, y que tienen como propósito en la vida comprobar que somos humanos y no bots –aunque a veces parecería que la «prueba» no es el texto, sino las emociones de frustración que nos generan.
Molestos, sí, pero desafortunadamente aún necesarios. Y por eso hay empresas que quieren aprovechar el tiempo y energía que lleva resolver estos obstáculos. Dos de ellas son Brandcaptcha y ReCAPTCHA.
Confieso que mis sentimientos negativos hacia los CAPTCHA disminuyeron considerablemente desde que en TEDx me enteré que ReCAPTCHA usa los cuadros no sólo para la prueba de «humanidad», sino también para digitalizar libros colectivamente.
Un «OCR humano» trabajando permanentemente en la red: una de las 2 palabras que te muestra está en realidad tomada de una página escaneada, y cuando muchas personas la ingresan de la misma manera, el sistema la toma como correcta. Esto me parece brillante y hasta noble.
Luego llega Brandcaptcha. El objetivo detrás de este producto, lanzado en Buenos Aires por PontaMedia, es aprovechar este espacio para mostrar publicidad.
En vez de palabras y caracteres ilegibles, se muestra una pequeña publicidad, sobre la cual el usuario tiene que luego ingresar el texto. Por ejemplo, así:
Entre las ventajas que la empresa considera sobre Brandcaptcha, más allá de la evidente publicidad para marcas y fuente de ingreso para el dueño del sitio, enumeran que la experiencia es menos frustrante para el usuario, ya que no hay que descifrar textos sino solo repetir una parte de un mensaje claro. Además, el usuario se ve obligado a interactuar con la marca, algo mucho más íntimo que hacer click en un banner o simplemente verlo.
Por mi parte, tengo sentimientos bastante encontrados con respecto a Brandcaptcha.
Si bien aprovechar un paso necesario como la verificación de bots para usar publicidad no me parece mala idea de por sí (digo, es tiempo que vamos a perder de todas formas), cuando lo comparo con digitalizar los textos más viejos de la humanidad, muchos de los cuales luego están disponibles para todos, me parece que salimos perdiendo.
Además, me surgen al menos dos preguntas que no me pudieron despejar en la presentación:
1- ¿Qué tipo de sitios están dispuestos a usar este formato de publicidad? Quizás sitios de descargas o de series online, porque las publicaciones no suelen necesitar CAPTCHAs, y los sitios de registro de productos no se podrían arriesgar a que les aparezca una publicidad de la competencia.
2- La consigna puede ser concreta (como el ejemplo de arriba), pero también puede ser intrusiva y obligar al usuario a repetir un mensaje no-genuino y que se puede sentir incómodo.
Más allá de eso, la empresa ofrece varios formatos de anuncios, para web, móvil, videos, con opciones de resolución tipo texto simple o «encuestas de mercado».
¿Qué opinan ustedes? ¿Les gusta? ¿Creen que va a funcionar a gran escala?
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