Hace unas semanas me enviaron muy amablemente uno de los últimos libros de Aguilar y Prisa Ediciones: Bill Gates, el Optimista Impaciente, una compilación de Lisa Rogak de citas del empresario devenido en filántropo.

No es necesario que les mencione la relevancia que Bill Gates ha tenido en el mundo de la tecnología y los negocios de las últimas décadas, con lo cual sí les voy a comentar sobre el libro y por qué me parece realmente interesante.

El libro, en vez de ser una biografía (o autobiografía), con los sesgos de contenido que eso puede implicar, es una recopilación de frases textuales de Gates sobre todo tipo de temas. De este modo, uno puede ir teniendo un atisbo al pensamiento de este gran personaje a través de sus propios dichos y opiniones.

La introducción contiene las únicas dos páginas que no consisten en frases de Gates, sino que lo presentan con palabras que me parecieron sumamente adecuadas, hablando de «el viejo Bill«, el empresario, el visionario, el que muchos consideraron sin escrúpulos, y el nuevo Bill, o su «segundo acto», que es el lado humano y filantrópico que pudimos conocer a partir de su desvinculación de Microsoft en 2008, y que comprende muchísimas tareas humanitarias que el magnate realiza a nivel global.

Y esta suerte de cambio, el primer y segundo acto de la vida de un personaje tan interesante, me parece sumamente atractivo para conocer a fondo. Es una muestra más de que uno nunca sabe las vueltas que va a dar la vida, y que no todo es lo que parece.

En el libro no van a encontrar una frase inspiradora tras otra. No esperen una especie de Tumblr o Pinterest motivador pero firmado por Bill Gates. Por el contrario, son frases muy concretas, extraídas de discursos, trabajos y entrevistas, en las cuales trasciende la postura del empresario con respecto a las diferentes temáticas tratadas.

Así es como veo al mundo, y algo debe quedar claro: soy un optimista. Pero soy un optimista impaciente.