Este lunes se estrenó el segundo episodio de Black Mirror, la serie de Charlie Brooker, y sobre la cual ya estuvimos comentando acá en el blog el inicio de esta nueva temporada. En esta oportunidad nos encontramos con White Bear, el nombre de este episodio que caracteriza la esencia del mismo. Como les había comentado en el análisis anterior, mis expectativas para esta temporada era muy altas y me preocupaba que la calidad de lo ofrecido por Brooker no estuviese a la altura de mis expectativas; debo decir que mis ansias por el tercer episodio se mantienen intactas y que esta entrega cumplió con lo que esperaba de ella, sino es que más.
En este episodio nos encontramos con una chica -de quien todavía no conocemos el nombre- que despierta en la habitación de una casa, con la televisión prendida en la que vemos un símbolo blanco; a medida que avanza por la casa le vienen flashes de recuerdos, los cuales obviamente no tienen sentido alguno -ni para nosotros, ni para ella-. Demás está decir que no recuerda su nombre, quién es o qué hace allí. A medida que avanza por la casa se va topando con varios elementos que nos van dando un indicio de lo que sucede: un calendario con los días tachados, una foto de ella con su marido y otra de su hija, unas botas y un abrigo. Una vez que sale al patio, se encuentra con que todos sus vecinos están parados en sus ventanas grabando todo lo que sucede con sus smartphones.
En este punto ya uno puede ir tirando posibles temas que abarcará el episodio; lo primero que se me vino a la cabeza fue la alienación de la sociedad con los smartphones, de los cuales no dejamos de estar permanentemente pendientes de la pantalla y perdemos la sensación de lo que sucede a nuestro alrededor. Si bien el tema del episodio va encaminado un poco por ese lado, fue completamente sorprendente el giro que toma la historia hacia el final.
Luego de que nuestra protagonista se encuentra con una niña que le sacaba fotos desde una esquina del patio, la persigue hasta la entrada de su casa y es ahí cuando se topa con un hombre que se baja de un auto azul. Lleva pasamontañas (con el logo que vimos anteriormente en al tv), un tapado rojo y una escopeta. Mientras la protagonista corre por su vida, se topa con varias personas que lo único que hacen es quedarse al costado mirando y filmando lo que sucede, sin prestar ayuda alguna. Al llegar a una estación de servicio cercana, se topa con otros «sobrevivientes» y se meten al mercado de la misma, tratando de evitar que el encapuchado los mate. Mientras uno de los sobrevivientes se queda peleando con el hombre del pasamontañas, este le dispara y finalmente muere en el patio trasero.
En este punto del episodio -bueno, durante todo el episodio se podría decir- uno empieza a pensar mil y un cosas que podrían suceder a continuación, así como también tratar de darle una explicación razonable a las acciones de los personajes.
En la siguiente escena, la sobreviviente con la que se topó en la estación de servicio le explica el porqué de toda la situación que está viviendo. Desde que empezaron las transmisiones de televisión -exactamente la que vimos al comienzo del episodio- las personas se han alienizado del tal manera que ahora sólo son espectadores que filman todo a su alrededor, pero sin interacción alguna de su parte. Sólo miran. Pero también están los que no fueron afectados por la transmisión y ahora se pasean haciendo lo que les plazca, sin represalia alguna. También le comenta sobre su plan para que todo vuelva a la normalidad, sólo tendrían que ir hasta White Bear y quemar todos los instrumentos de transmisión.
En el camino se encuentran con un hombre que no es quién parecía ser, y terminan a punto de ser torturadas bajo la mira de los, siempre presentes, espectadores. Finalmente logran escapar pudiendo llegar hasta White Bear, donde localizan los instrumentos de transmisión y justo en el momento en que los prenderían fuego, aparecen dos de los enmascarados a torturarlos. Tras una breve pelea entre la sobreviviente y uno de los enmascarados, la protagonista logra hacerse del rifle de uno de ellos y le dispara… confeti. Si, simple papel picado. En ese momento es cuando se abre el telón de atrás y se ve a una multitud sentada en las gradas de un estudio. Y a partir de ahora es cuando todo comienza a cobrar sentido.
Nuestra protagonista es Victoria Skillane, quién junto a su difunto prometido, Iain Rannoch (quién poseía un tatuaje bastante peculiar), son responsables del secuetro de Jemina Sykes, la niña que vimos en la foto al principio del capítulo, quién Victoria creía su hija. Un osito blanco de peluche (de ahí White Bear) fue descubierto a 3.5km de su hogar, el cual se convirtió en el ícono de la búsqueda de Jemina, quién finalmente fue encontrada en un bosque local, envuelta en una bolsa de dormir quemada en una fogata. La pareja fue finalmente apresada; Victoria tenía varias grabaciones en su cámara del momento en que Iain incendiaba a la niña. El juez consideró que era un persona perversa y venenosa, y que su castigo sería proporcional. Mientras tanto, Iain se ahorcó en su celda, por lo que muchos creyeron que evadió la justicia, por lo que para evitar que Victoria hiciera lo mismo se la condenó al White Bear Justice Park.
Finalmente hacia los créditos del episodio tenemos el panorama completo de la trama. Victoria es condenada a revivir una y otra vez la sensación de estar atrapado en una situación de vida o muerte y que nadie haga nada para evitarlo. Sólo se limitarían a mirar. El White Bear Justice Park es una atracción, cualquiera puede ir y ser parte de las personas que miran y filman con su smartphone toda la acción. Es el propósito. Castigar a la asesina de una indefensa niña de seis años. Sometida a la eterna humillación por miles de personas.
Sin entrar en el debate de si este tipo de correctivos es políticamente correcto o no, me gustó la visión de Brooker sobre un tema bastante delicado. Desde la alienación de las personas con el smartphone, hasta cómo la sociedad toma justicia de la muerte de una niña y lo convierte en una atracción. Si queríamos saber cómo sería la tortura en el siglo XXI, White Bear nos da un posible panorama.
Personalmente, estoy ansioso por ver la entrega final de este temporada, la cual espero sea este lunes 25 de febrero si es que todo sigue su curso, y como siempre, tendrán el análisis aquí en el blog.
¿Ustedes que piensan sobre el punto de vista de Brooker? ¿Les gustó el segundo episodio o esperaban más?
Comentarios
4 respuestas a «[Análisis] Black Mirror: White Bear»
Hola. al igual que Diego, después de ver Black Mirror me quedo con tantas cosas para conversar con alguien, porque son tan inquietantes los pensamientos que dispara esta serie en mi, que no me la banco solita. Y hay tanto para pensar, para sentir, para cuestionarse! Siempre me siento reflejada (atrapada) en la sociedad que pinta Brooker. Por otro lado me produce tanto placer la genialidad de esta persona, porque como dice Leandro, también esperaba la segunda temporada con expectativas muy altas y la seguridad que era imposible que las cumpliera. Porque este señor ya me había pegado una patada en el esternón con cada episodio de la temporada pasada, no podía creer que lo siga haciendo. Y no, totalmente equivocada, hasta ahora esta temporada me pega mucho más que la anterior. Tanto me gusta que organicé la proyección de la primera temporada en la Facultad donde doy clases, para que mis alumnos puedan verla y que sirva para debatir, compartir, hablar, pensar, o para lo que quieran. Vamos a ver como me sorprende el último capítulo. Saludos.
Hola Gaviot!
Justamente por eso decidí compartir mis impresiones acá en el blog de esta segunda temporada, así también los lectores pueden tener su espacio de opinión; Como decía en el post, cada capítulo nos lleva a una realidad con la que nos identificamos, ya sea porque nos vemos que tarde o temprano afrontaremos dicha realidad, o porque queremos evitarlo a toda costa.
Como le mencionaba a Diego, esta temporada viene apuntando bastante alto, personalmente más que la primera, así que esperemos que el último episodio sea el digno broche de oro que se merece.
Me parece genial lo que haces en la facultad, son temas que dan para mucho debate y qué mejor que en un ámbito académico? 🙂
Gracias por comentar! Saludos
Leandrio,
Luego de ver un nuevo capitulo de Black Mirror uno se queda con unas ganas locas de comentarlo con alguien. Como somos pocos los que disfrutamos de esta maravilla es un placer que hayas compartido tus opiniones en tu blog.
La obsesion por los smartphones, por los reality shows, por la tv (somos todos espectadores o alguien nos mira a nosotros). Increible lo que propone Brooker en cada episodio. Nos deja lleno de preguntas. Es verdad que la segunda temporada esta a la altura de la primera, hasta quizas la supere. Veremos que nos depara el ultimo capitulo.
Diego
Hola Diego!
Durante la primer temporada sentí exactamente eso que describís. Es imposible ver la serie y no querer comentarla enseguida con alguien. Es necesario! Agradezco tener el lugar en Acceso Directo para comentarles mis impresiones 🙂
Como decía en el post, me encanta como Brooker toma temas que hoy en día nos resultan demasiado cotidianos para notarlos y los lleva al extremo, mostrándonos una posible realidad que afrontaremos tarde o temprano.
Hasta ahora, este segunda temporada no deja de sorprenderme y con el capítulo final próximo, espero que cumpla con el broche de oro para otra increíble temporada.
Gracias por comentar! Saludos.