Redes sociales: cómo debe comunicarse una marca para no ser demasiado informal

Todo sería más fácil si los límites estuvieran delimitados drásticamente: solamente blanco y negro, sin zonas grises. Así estaría claro cuándo estamos de un lado o del otro. La realidad no deja las cosas tan sencillas y nos la complica con matices por doquier (que es precisamente donde se pone divertido el asunto). El problema surge cuando, entretenidos en jugar con las medias tintas, no nos damos cuenta y pasamos la raya y terminamos en off side. En las redes sociales, espejo algo distorsivo de las relaciones entre personas, este riesgo también se aplica.

La comunicación entre marcas y usuarios se vuelve cotidiana en las redes sociales y la familiaridad se impone como algo natural. Hasta la “formalidad total” queda muchas veces fuera de lugar en este ida y vuelta y las empresas se animan a soltarse un poco más con sus seguidores. Es entonces que hay que lograr un equilibrio que nos permita que esta sea una fórmula exitosa  y que no termine por perjudicar a la marca.

El equilibrio es tan fino que hasta una imagen graciosa en un mal timing puede resultar un problema mayúsculo. Una buena clave para evitar esto es la siguiente:  hablar siempre de imágenes o historias positivas. No sólo eso, hay que intentar que no tengan connotaciones negativas ni dobles lecturas, porque lo que se postea con un sentido puede ser malinterpretado y terminar perjudicándonos.

Hay que trabajar siempre con esta premisa en mente –que puede sonar a verdad de perogrullo pero es vital: nuestros seguidores no son nuestros “amigotes”, y un exceso de familiaridad puede pasarte factura. Sin embargo, esto no debe tomarse tampoco como una prohibición de hacer una broma de tanto, ni de perder la «frescura» en la conversación en las redes sociales.

Mantener un tono positivo implica intentar no entrar en tópicos que puedan herir susceptibilidades (ante la menor duda de que un tema pueda ser tomado a mal, mejor descartarlo) ni dejar librado al azar una lectura entre líneas que dé a la polémica.

Si hay algo que se aprende a los golpes en social media es que, la mayoría de las veces, los usuarios que nunca interactúan para dar un like o dejar un comentario halagador, estarán más que dispuestos a hacernos notar un error. Por eso, siempre antes de postear, es mejor pensarlo dos (y hasta tres) veces. ¿No les parece?

Vía: Genbeta Social Media


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