Bueno, «enganchante» no es una palabra de verdad, pero me parece que la describe muy bien.
El jueves pasado a la noche estuve sola y me puse a ver Orange is the New Black en Netflix. Me había perdido ir a la premiere de la serie por un conflicto de agendas (hay días en los que necesito poder multiplicarme), así que era una deuda pendiente.
Me enganché rapidísimo. No porque sea una descripción realista de la prisión (nunca estuve en una pero estoy bastante segura de que no debe ser así), sino por la posibilidad de ver algo muy extraño: una serie con un elenco femenino casi en su totalidad, que no gire en torno a situaciones románticas, que no las describa como arpías, y que sea tan refrescantemente cruda con la sexualidad. Vaginas, no big deal.
La protagonista es definitivamente anti-heroína, al igual que todos los personajes. Algunos más buenos, otros más malos, ninguno perfecto ni remotamente cerca.
Recomendadísima para mirarla de corrido un fin de semana. Yo me la terminé el domingo y no puedo esperar al año que viene para ver cómo sigue. Los 13 eisodios están en Netflix.
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